Pongo en vuestras manos las llaves del Saber, del Poder y del Amor para vuestra felicidad y dicha. Vuestra es la culpa si no queréis usarlas. Las condiciones son, siempre, las mismas que las del principio: SABER, QUERER, OSAR y sobre todo CALLAR.
Estas enseñanzas deberían ser preparadas para un extensísimo curso interno que abarca 365 semanas o los siete años que exige una verdadera INICIACION INTERNA. El que las pone en vuestras manos las redujo a 365 días, cargando, naturalmente, con las responsabilidades del caso.
Debéis de saber que YO SOY es LA PRESENCIA DE DIOS EN CADA SER HUMANO. Nunca se debe olvidar esto, YO SOY (es) LA VIDA, LA LUZ, LA SUSTANCIA, LA INTELIGENCIA Y LA ACTIVIDAD (“en el que vivimos, nos movemos y tenemos el ser”), de una manera inconsciente. El objeto de estas prácticas es prepararnos para sentir conscientemente nuestra unión con el PADRE, YO SOY, el DIOS INTIMO.
El hombre tiene dos YOS o está compuesto de dos entidades: El Yo personal, el corporal, el objetivo o CARNAL como lo llama San Pablo, y que tiene su propia mente; y YO SOY, el que, por medio de sus atributos el cuerpo físico y su mente tiene vida y puede moverse.
Cada vez que un hombre dice “YO SOY” la sustancia única de la cual Dios formuló el cielo y la tierra, se pone en movimiento. “Que la Luz sea hecha” y el fluido y la vibración se pusieron en movimiento. Decir YO SOY es obrar sobre esta Luz, y por su medio, sobre toda la naturaleza sumisa a las modificaciones de la Inteligencia.
Esta sustancia única obedece constantemente al pensamiento, pero ¡Ay de quien la emplea por medio de YO SOY para la destrucción o para dañar a sus semejantes! Más le vale colgar en su cuello la piedra del molino y ser echado al mar.
No todos los que me llaman: Señor, Señor, serán salvados, sino sólo aquellos que cumplan la voluntad del Padre que me envió. Pues así también, no sólo es suficiente invocar la “PRESENCIA YO SOY” y cruzar los brazos esperando que las peticiones se hagan por obra y gracia, o que alguien las haga siempre por nosotros; al contrario, debemos ser buenos hijos, buenos padres, buenos esposos, buenos amigos y buenos ciudadanos, y en cada uno de estos puntos hay muchos deberes que cumplir.
Para la realización perfecta, es menester cumplir con ciertas condiciones:
1. Tener un cuerpo sano;
2. Tener una aspiración pura; y
3. Tener una consciencia perfecta.
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